jueves, 4 de septiembre de 2008

Apuntes sobre el dislate de Frankfurt (2)

Hay una situación que encuentro recurrente. No es que se da todo el tiempo, pero sí cada tanto.

Estudié sociología, y en la facultad solía hablarse de "lo cultural" como un concepto multivariado, que no respondía sólo a lo que se reconoce tradicionalmente como cultura. Una visión antropológica de la cultura, podría decirse. O, también, la visión de los especialistas. O, mejor aún, la visión de ciertos especialistas.
Por lo general, quienes no son esos especialistas no creen que la cultura sea así. Es decir, por lo general no se cree que todo es cultura. Sería lindo -que lo fuera, y que de ser así se creyese-, pero no sucede.
Cuando en la Ñ me encuentro tapas que responden a estudios antropológicos o sociológicos, lo primero que me pregunto es si el editor enloqueció. ¿A quién le importa? ¿Quién, cuando va a comprar un suplemento/revista cultural espera eso? Y recalco: no me refiero a notas sobre la cultura de quienes hacen la cultura (barrios, medios, etc.), sino a las estrictamente antropológicas o sociológicas.
Resulta obvio que, de existir, una identidad nacional se conforma de elementos que no responden a la cultura en el sentido clásico -es decir, no antropo-sociológico-. Sin entrar en debate, es probable que Maradona, el Che, Evita y Gardel hayan efetuado sus contribuciones a la conformación del ser nacional que compartimos en el presente (es decir, nada que ver con otros más antiguos). Pero, y los peros son fundamentales, la de Frankfurt no es una feria de identidades nacionales. Es decir, los empresarios editoriales no van ahí a ver qué identidad nacional es más linda, más pura, más revolucionaria o incluso más psicobolhe. No. Se trata de un evento cultural en el sentido clásico del término. O sea: si vas para otra cosa, ni te bañes porque es al pedo que asistas.
Salvo Gardel, los otros tres factores identitarios del momento -que habría que poner en duda, claro, pero mejor no desviarse del tema- no aportaron nada a la cultura. Salvo La razón de mi vida o los Diarios de motocicleta o Guerra de guerrillas, no aportaron libros, cuadros, canciones, óperas ni nada. Y dudo que haya editores interesados en La razón de mi vida, salvo que consiga averiguar quién fue el negro literario del manual obligatorio. Y, para el caso, tampoco hay libros de Gardel.

Entonces volvamos a la escena originaria, hipotética.
Ella está sentada. Desde su escritorio ve, tras la ventana, la Plaza de Mayo.
Alguien se acerca, le dice estamos preparando el stand argentino en la feria de Frankfurt.
Ella, sentada, pregunta qué es eso. Es normal: nadie tiene por qué saber todo.
El asesor o la asesora le dice, susurrante, es el evento cultural más importante del mundo.
Ella se lleva el índice al mentón, imitadora ad honorem de la dama de los almuerzos. Medita. Dice:
-¿Cultura? ¿Cultura argentina? Evita, el Che y Gardel... Ah, y seamos un poco más populistas: Maradona también, así lo mandamos y hace conferencias de prensa como en Cannes. Pero traten de que esta vez no se tire en contra nuestra.

Es probable que haya sucedido así.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y Gardel ni siquiera es argentino...

hmc dijo...

Bueno, habría que definir entonces a la feria de Frankfurt como una feria de industria cultural.
Yo tengo ganas de decir que elegir al cuarteto de la identidad nacional es 100% populista, pero también es lo que a los extranjeros les encanta consumir de argentina.

Anónimo dijo...

Medio cínica y a las apuradas la reflexión, no? Que se yo... quizás habría que revisar la definición de RW sobre "tradición selectiva". De todas formas coincido: que poco interés que demuestra este Gobierno en materia cultural. Será por eso que no entiendo a los que se enfilan detrás del supuesto "intelectualismo k". En fin: buen regreso DGT.

Anónimo dijo...

A pesar de que coincido con el post también es ciero que esta modalidad no es exclusiva de la Argentina. No comparto cuando la crítica se empeñan en hacernos creer que en este país es donde peor se hacen las cosas. Pensemos un poco: ¿qué simbolos se exportan en el resto de los paises del mundo?

Anónimo dijo...

Si Maradona hizo su aporte para la conformación del ser nacional, definitivamente aportó lo más avergonzante y revulsivo.
Es el claro ejemplo de como usar el poder que se tiene para destruir y nunca para colaborar con nada.
Y peor por los seguidores que hasta son capaces de elogiarle los pedos que se tira y decir que sus hijas son unas diosas de Boticelli cuando es OBVIO que no es así.
Me enerva. Alguien tenía que decir la otra parte.
Me alegra volver a leerte, ahora tengo que ponerme al día.
Tulip

Anónimo dijo...

Si Maradona hizo su aporte para la conformación del ser nacional, definitivamente aportó lo más avergonzante y revulsivo.
Es el claro ejemplo de como usar el poder que se tiene para destruir y nunca para colaborar con nada.
Y peor por los seguidores que hasta son capaces de elogiarle los pedos que se tira y decir que sus hijas son unas diosas de Boticelli cuando es OBVIO que no es así.
Me enerva. Alguien tenía que decir la otra parte.
Me alegra volver a leerte, ahora tengo que ponerme al día.
Tulip